
Recuerdo cuando empecé a hacer biodanza hace 12 años ya, había un ejercicio que me costaba muchísimo: la danza básica de Fluidez.
Un ejercicio que combina 3 movimientos diferentes que se van alternando de manera fluida, brazos juntos hacia delante y hacia atrás, movimiento asimétrico de brazos, uno hacia delante y otro hacia atrás, y un movimiento combinado lateral de apertura de brazos y piernas (difícil de explicar por escrito).
Primero copiaba a la facilitadora para “hacerlo bien”, con lo cual perdía espontaneidad y oportunidad de disfrutar y sentir porque estaba en la cabeza.
Luego, cuando conseguí estar por mí y mi movimiento, me juzgaba continuamente y, claro, me movía con fluidez cero. Seguía en la cabeza.
En biodanza todos los movimientos tienen una relación existencial, es decir, son una expresión de algo que está pasando dentro de nosotr@s.
Claramente yo trataba de controlar mucho, por miedos, por inseguridades, por la educación recibida, por mi historia de vida, al fin y al cabo.
Pero algún día, no sabría decir cuándo, empecé a soltar… y ahí sigo soltando…
La fluidez, a nivel existencial, tiene que ver con nuestra capacidad para no quedar atrapados en los momentos buenos ni “malos”, para dejar que la vida fluya a su ritmo, que no se estanque el movimiento en ninguno de ellos.
Sea como sea, seguir caminando, seguir avanzando, no quedarnos “enganchados”, porque si no, la vida se estanca, nos paralizamos, nos asfixiamos.
Y es que la vida es incertidumbre pero también sorpresa, es presente, pasado y futuro a la vez, es movimiento continuo de la Naturaleza, un movimiento suave y pausado, a veces frenético también…
Seamos, de vez en cuando, esa hoja al viento, ese tronco en el agua…
La vida tiene pinta de ser menos estresante así, sin expectativas ni autoexigencias, dejándote llevar.
Con tu foco bien puesto en tus deseos, sueños, prioridades, eso siempre debemos cuidarlo y mimarlo… pero soltando el control y ABRIÉNDOTE A LA VIDA y confiando y disfrutando de cada paso del camino y de cada piedra que nos vayamos encontrando con agradecimiento…
Un abrazo,
Noemí
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