Y de repente te encuentras allí una vez más: «pero si yo pensaba que esto ya lo tenía superado, que no me iba a volver a pasar…», te dices. Puedes sentir frustración, impotencia, desánimo, ganas de tirar la toalla, … Es más que legítimo.
Todos tenemos mucha resistencia al cambio, a pesar de que lo queramos atraer a nuestras vidas de manera consciente. A lo largo de nuestra vida nos hemos ido creando una máscara, un personaje, hemos ido adoptando maneras de hacer que nos han ayudado en nuestro día a día, en nuestras relaciones con los demás, en nuestras relaciones con nosotros mismos. Todo ello oculta realmente lo que somos y lo que queremos. Todo ello ha ido acallando (aplacando) muchas emociones, que pulsan por salir de nuestro interior, que salen cuando menos te lo esperas…
Puedes pasar por la vida de puntillas o siendo protagonista de lo que vives, sintiendo, sin miedo a quitar «capas de cebolla» y a ir encontrándote cosas por el camino. Un camino que todos sentimos que se abre ante nosotros en un momento u otro de nuestra vida, es decisión tuya si tomarlo o no, es decisión tuya si tomar las riendas de tu vida o dejarte llevar por la inercia. Eres muy importante.
Deja una respuesta